Acabamos de llegar de nuestra acampada. Todo ha salido fenomenal. Incluso la lluvia que se pronosticaba nos ha permitido realizar todas las actividades que teníamos previstas.
Creo que no olvidaremos nunca estos días. Por eso quiero daros las gracias a todos. Empezando por Mª José, Chano y Andrés que han velado por nuestra salud y nos han aliviado de cualquier problema físico, dándonos incluso ese cariño que, a veces, hemos echado en falta al tener a nuestros padres lejos.
A todos los que habéis prestado una valiosa ayuda a cualquier compañero que os ha necesitado en algún momento. A los que habéis ayudado a limpiar las zonas donde hemos comido, muchas veces sin ser los que lo habían ensuciado. A los que habéis atendido y respetado a los monitores que se han dejado su garganta, (por las interrupciones y bromas de los que no se interesan por casi nada), para enseñarnos a amar Doñana y que en pocos días se han convertido en nuestros amigos.
A los que habéis respetado el descanso de los demás compañeros. A los que habéis comido los alimentos preparados con gran esfuerzo por los cocineros, sin decir ni una vez "esto no me gusta". A los que habéis compartido vuestro tiempo con algún compañero que se sentía en algún momento más solo.
Y, por supuesto, a mis compañeros, vuestros profes, Marina, José María, José Luis y Luis por haber hecho posible todo esto entregando muchas horas de su tiempo. Sin olvidar tampoco a Rosario, que recorrió muchos km. en un rato para ver cómo estábamos; ni al P. José Antonio, que nos acercó a nuestro amigo Jesús.
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